domingo, 25 de septiembre de 2016

Vocablos


A pulso voy detrás de las palabras
buscando aquel vocablo que defina
la intensa profecía que me anima
sin poder expresar las emociones mismas
Tal vez un parecido se aproxima
cuando digo amor y mi ser tiembla
pero si escribo amor, aun sintiendo
pondré solo palabras manifiestas
Cada letra hará eco en la otra orilla
y se agitará por ella el agua quieta
pero nunca, jamás podrá su estrella
ser fiel reflejo de mi esencia
Huelo las palabras en la selva
en la tierra húmeda y espesa
en el musgo esponjoso cuando llueve
y en las copas de árboles inmensos
Acaricio las palabras en los cuerpos
en los hocicos tristes de los perros
en los frutos perfumados y perfectos
y en la mano vacía del pequeño
Abrazo la palabra en mis hijos
en la tiesa soledad de los ancianos
en aquellos desamparos sin cobijo
y en la sin voz de aquel que no ha nacido
Persigo la palabra en la justicia
en la voraz mentira que limita
en aquella que es verdad entre familia
y en la que hecha ley no se reprime
Observo la palabra que de prisa
se avergüenza al nacer y cae de avaricia
también aquella que feliz, trae noticias
o la del sí de quien ama y da su vida
Beso dulce la palabra entre tus labios
en cada verso que me inspiras
en el asombro abierto hacia tu herida
y en la brutal melancolía que te anida
Al fin de cuentas solo sé que busco
en ese idioma limitado que me dieron
expresar sin límites el Universo
pero no alcanzan las letras ni los versos


María Inés

jueves, 22 de septiembre de 2016

Silencio de la sangre


He cultivado un jardín de estrellas
entre el sesgo abrupto de las piedras
allí en lo alto del gris acantilado
mi corazón obró febril este legado
Viento de cumbres redondas y silvestres
fue tu voz que me advertía no siembre
pero la luz de la semilla de campanas
se abrió por sí sola a las quimeras
Allá, lejanas las casas, se arraciman
dormidas como copas de misterios
donde el vino profundo de la vida
corre oscuro de dolor o de consuelo
Inmóvil, indecisa ante la aurora
he visto despeñarse los guijarros
y expuestas han quedado las raíces
ante cualquier afán de gloria
Gloria de amar las cosas por su nombre
sin falsos rótulos, ni egoísmos tontos
amando con el alma abierta al hombre
aun a costa de mi propio nombre
Es hora de guardarse en el silencio
mis flores de cielo ya se duermen
he de cubrirlas con edredón de fuego
el resto que me queda y ya no quiero
Alguien sabrá cuando me vea serena
que si hoy cultivo flores en la tierra
es por amor a las semillas ciertas
para honrar la vida hasta que muera


María Inés             

sábado, 10 de septiembre de 2016

Razón incierta


Cae el doblez entre las calladas sombras
y el cansancio se apodera del valor del hombre
ruge el quebranto en la razón incierta
que trae la diabólica flecha de contiendas
Hay huecos en la tierra estremecida en dramas
donde claman almas que sin paz se agitan
previniendo a otras que aún cuerpos habitan
sobre un fuerte viento perverso de injusticias
Mientras, van los pueblos en rutas de discordias
hermanos contra hermanos tras la pared del odio
en la banal y absurda realidad ilusoria
donde se acribillan las cosas caras y sencillas
En la exaltada emoción de pertenencia
se alza un estandarte territorial ficticio
y es que tras un velo, ruines sombras precipitan
encubriendo una verdad imperialista
Los pueblos somos esperanzada vida
manipulados en creencias bien mentidas
no gobiernan ni defienden quienes dicen
sino malsanos ejecutores de avaricias
Aquellos que corrompen desde afuera
incitan a ser corruptos a los de adentro
porque no se ha visto que a los hombres buenos
les permitan defender causas honestas


María Inés

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Letargo


La tarde se mece en el índigo del Mediterráneo
la brisa besa la arena tersa y blanquecina
una mano invisible, nostalgiosa y solar
barre la costanera y yo te pienso en el malecón
El cielo huye herido ante mis ojos secos
lloro por dentro, casi es un lamento
en que la hora crepuscular rueda desnuda
en la ternura que se viste de desolación
A lo lejos, blancos edificios me saludan
poblados de un enjambre de ventanas encendidas
repito varias veces tu nombre, muy bajito
para no despertar las letras que lo habitan
Te veo venir en el horizonte pálido del recuerdo
y la marea de cristal aumenta y llega con fuerza
me tiemblan las manos por alcanzarte, ansiosa
pero en la bruma fenece abrupta, tu figura hermosa
Se han ido los buques y los veleros a otros puertos
el mar bulle de olas hacia abajo, en secreto
¿por qué no vienes, si sabes que te espero?
¡vengo puntual y a tiempo para el beso!
Suena lejana la sirena de algún barco
el faro irradia su luz sobre peñascos
y resignada regreso a mi refugio
que me aguarda en los corales, bajo el agua
Cuando me duermo entre las caracolas blancas
me llega la canción que me cantabas
la han aprendido los delfines y las algas lacias
y en ella se repite que me amabas


María Inés

lunes, 5 de septiembre de 2016

Poema "Tarde agreste"


Hija del viento en esta tarde agreste
atravieso los altos árboles dormidos
y caigo ausente en las copas de cipreses
Hay lanzas de lirios en mis venas
y escombros de cruces en mis arterias
el río de la sangre enfurecido hierve
Se perpetúan ángeles de misterio
detrás de mis ojos que no duermen
y un nudo nostalgioso me hace triste
Se mecen astros en el limbo de mi talla
perpetuando las formas en la carne
que no se ajusta a la belleza errante
Duermo en un lecho de torrentes
donde la arena se pierde entre dos ríos
y amarga es la puja en una y otra vida
Mi boca se abre matutina y salen mares
que voluptuosos me empujan a la deriva
y entre la blanca espuma permanezco viva
Mi corazón quiere latir como un responso
pero no puede ser más que ciervo herido
y dar sonido de lamento entre los pinos
Mis manos guardan rosas rotas de cristales
y una calandria retraída entre vellones
y todo eso inciertamente bello, condiciona
Azul de malva, de índigo, de lino
rojo de sangre, de rubí o de amapola
pinta mis sueños para no dejarme sola


María Inés